domingo, 13 de marzo de 2011

Manchester & Sandbach

Hoy escribo desde el tren Manchester-London.
He pasado el fin de semana en la casa de mi amiga Lizz y he podido disfrutar de la cultura más British que haya imaginado.

Lo cierto que ha sido una muy buena experiencia para descubrir que alrededor de Londres existe una civilización, tranquila, agradable y con futuro.

Mi viaje empieza en el metro de mierda, alias Underground, dirección Euston Station y de allí al norte del país. Sin tener ni idea de la que me iba a esperar ni a mi y a mis amigos los Japos.
Me bajo en una estación central para hacer cambio de linea y ya me vuelve a pasar lo mismo que en otras ocasiones. 18:00 pm en el centro de Londres y Viernes. En todo el meollo. Como no soy menos porque mida 1.70 y lleve maleta,  cuando llega el metro me cuelo a la made England, pido perdón por los pisotones, empujones y demás pero no voy a perder un tren por ser cortés, creo que cualquier persona lo entendería. Eso si 15 minutos de estación en estación rezando para que el portátil no se haya roto por la masiva paliza que le estoy metiendo. Agarro con una mano el portátil y maleta y la  otra mano la barandilla. Cada vez que llegamos a una estación empiezan los empujones. Es lógico no me voy a bajar del tren porque aquí si uno se baja educadamente para dejar salir es muy fácil que educadamente no vuelvas a subir.
Después de sudar la de Díos y llegar a la estación saco los billetes y 5 en total . No me digas por qué, en España son 2, la ida y la vuelta, y con suerte el recibo. Aquí es 1 recibo, 2 no lo sé. Y 2 que son ida y vuelta. Me lo guardo todo y me piro al tren.

Ya en Sandbach típico pueblo que se encuentra a media hora de Manchester puedo disfrutar de la compañía de Lizz, mi amiga la Sajona y de su familia, muy tranquila y agradable. Una casa de ensueño, y lo más importante silenciosa como una catedral. Y para rematar puedo disfrutar de dos gatas que son como tanques, bueno, una es como un tanque y la otra es enorme y cariñosa. Una de ellas se gana en un instante el mote de “Faty”, porque solo sabe comer y pasar de todos. Esa noche descanso como un bebe y disfruto de la casa como nadie hasta que sale el sol. Como buena casa inglesa no dispone de persianas. Las gran olvidadas y a eso de las 8 toca despertarse y lo hace el sol y 10 minutos me lo recuerda el despertador.
Desayuno como un inglés con leche fresca. Por cierto la leche española es todavía peor de lo que creía. Me bebo un vaso de leche fresca inglesa y se me dilatan las pupilas. Increíble lo rica que está. No se me olvidará ese sabor en la vida.

En Manchester, Lizz y yo nos ponemos al día de nuestros cotilleos y nuestras vidas y empezamos a explorar la ciudad con nuestra orientación errática. Y nos vamos en dirección contraria a la zona de museos.
Ya allí disfrutamos de los expolios que hicieron mis exploradores de Manchester y disfrutamos de piezas de todas las culturas milenarias, como la egipcia, romana, griega, etc. Una pasada los museos de Mancherster.

Más adelante un poquito de árte contemporáneo. Se nota en las exposiciones que Manchester era una ciudad industrializada y muchos de los cuadros descubren un ambiente muy tipo Sherlock Homes. Una atmósfera contaminada hasta no poder más pero llena de vida en sus calles. Fue el precio que pagó la sociedad para poder vivir mejor. Hoy en día se puede palpar esa contaminación en las paredes.
Ya de vuelta me espera una cena made in Britain. Cumpleaños de la Abuela de Lizz. Toma ya! que pastel. Al principio asusta un poco porque todos nos imaginamos a la abuela  rodeada de 300 nietos y 12 tíos con sus parejas. En este caso fue súper agradable porque nos juntamos en una especie de cantina y cenamos agradablemente en la mesa, con tranquilidad y charlando. Estuvo de maravilla y comí típica carne estofada igual que la que hace mi madre, osea de la hostia.

Al final de la noche en casa de Lizz nos comimos una tarta que para mi entender, de las mejores que he comido en años, eso si, le das una cucharadita de esa tarta a un elefante diabético y lo pones del revés.

Y el domingo me tocó sesión Sandbach, me llevaron los padres de Lizz de turisteo por el pueblo y descubrí muchísimas cosas que me fliparon, la catedral, impresionante con su cementerio. Cuando vuelva me llevaré el trípode y a sacar fotos de noche. Increíble y bonito. Nada que ver con España.

Luego las cruces del  pueblo que son el símbolo. Y para rematar pregunté por un monumento que se encontraba en medio de una plaza , era en memoria de los caídos. I y II Guerra Mundial. Se me pusieron los pelos como escarpias, al parecer una parte de la generación del pueblo murió para defender Europa. En el monumento había flores. Una flor roja de plástico que he visto puesta en taxis y en coches. Es como para el español el lazo negro. Pero en este caso es para que la gente sepa que han perdido a un familiar en la guerra.